Dos conceptos que conviene tener claros en cuanto al consumo de alcohol hacen referencia al abuso y a la dependencia del alcohol.
Abuso: patrón de consumo maladaptativo asociado con dificultades para el trabajo, las obligaciones escolares o sociales, presencia de problemas legales o problemas interpersonales.
Dependencia: patrón de consumo maladaptativo asociado con tres o más:
Tolerancia.
Abstinencia.
Mayor cantidad ingerida de la propuesta.
Deseo continuo de dejarlo o controlarlo.
Se emplea tiempo en conseguir, consumir y recuperarse de los efectos del alcohol.
Se sacrifican ocupaciones sociales o recreacionales.
El consumo continua a pesar de tener problemas físicos o psicológicos.
A continuación, desarrollamos brevemente los conceptos más importantes a tener en cuenta ante la influencia del alcohol en la anestesia.
Clasificación de los bebedores.
Una bebida alcohólica estándar tiene 12 g de alcohol y puede ser: 360 ml cerveza / 150 ml vino / 45 ml destilados.
Bebedor leve: 3 bebidas alcohólicas estándar a la semana
Bebedor moderado: 3- 18 bebidas a la semana (2 bebidas/día aproximadamente)
Bebedor severo: más de 18 bebidas a la semana (6 ó más bebidas/día)
Síndrome de abstinencia alcohólica
Es un diagnóstico clínico definido por un conjunto de síntomas y signos tras la interrupción de la ingesta de alcohol, que incluye una hiperactividad del sistema nervioso autónomo y que altera las relaciones sociales y ocupacionales.
La abstinencia impuesta por el ingreso hospitalario coloca al paciente alcohólico en una situación de riesgo para desarrollar un síndrome de abstinencia, factor de riesgo independiente reconocido de morbilidad perioperatoria.
Pruebas de laboratorio
Anemia: El alcohol interfiere directamente con la eritropoyesis y bloquea la respuesta al folato en pacientes con deficiencia de folato. La etiología es multifactorial:
por efecto tóxico directo del alcohol, deficiencia de hierro debido a hemorragia gastrointestinal, deficiencia nutricional de folato y anemia de la enfermedad crónica. El recuento de reticulocitos es bajo o normal-bajo.
Por otro lado, la hemólisis está presente en algunos casos, por secuestro esplénico en caso de hiperesplenismo y en casos de cirrosis alcohólica severa.
Macrocitosis: MCV 100-110 fl. Aparece antes incluso que la anemia. Desaparece con un período de abstinencia entre 2 y 4 meses
Leucopenia: se debe a una disminución en el número de neutrófilos y hace los más susceptible a las infecciones. Está presente en el 8% de alcohólicos hospitalizados.
Trombocitopenia: hasta el 80% de alcohólicos hospitalizados tienen un recuento plaquetario inferior a 150000 plaquetas (trombocitopenia moderada).
Transaminasas: GOT (AST) está el doble elevada que la GPT (ALT) en hepatitis alcohólica. En este caso, además, la GGT puede estar elevada al doble de su valor.
Afectación sistémica
Hepatitis alcohólica: la afectación hepática en el alcoholismo varía entre un hígado graso asintomático (hasta un 90% de alcohólicos tienen esteatosis) hasta una hepatitis con fracaso hepático. Existe una alta prevalencia de hepatitis C en los alcohólicos (25-65%). La exploración física varía desde la normalidad hasta la evidencia de cirrosis. Típicamente se asocia a afectación de otros órganos( miocardiopatía, debilidad muscular, neuropatía, disfunción pancreática e hiperplasia parotídea. El patrón bioquímico más común es la elevación de la GOT (AST) al doble que la GPT (ALT). En este caso, además, la GGT puede estar elevada al doble de su valor. El valor absoluto de la AST y ALT sérica es típicamente menor de 300 IU/L. Valores mayores pueden indicar una afectación concomitante por hepatitis viral, isquémica o consumo de paracetamol incluso a dosis terapeúticas. La fosfatasa alcalina y la gammaglutamil transpeptidasa están típicamente elevadas y también existe hiperbilirrubinemia. La leucocitosis es frecuente y se correlaciona bien con la gravedad con la lesión hepática.
Miocardiopatía alcohólica: el consumo de más de 80-90 g de etanol al día durante más de 5 años es la causa de la aparición de una miocardiopatía dilatada en estos pacientes, clinicamente indistinguible de la miocardiopatía dilatada idiopática (disnea, ortopnea, disnea paroxística nocturna, palpitaciones, síncope, arritmias (FA, arritmias ventriculares, QT largo) con una exploración física compatible con cardiomegalia, onda de pulso estrecha con presión diastólica elevada, S3, S4, murmullo sistólico apical por insuficiencia mitral, distensión venosa yugular, ascitis y edema periférico.
6) Riesgos
Existe un riesgo aumentado de infección, sangrado e insuficiencia cardiopulmonar. Así mismo otras complicaciones descritas en este grupo de pacientes son la isquemia miocárdica, arritmias y episodios isquémicos.
El paciente alcohólico puede requerir mayor dosis de propofol y de opiáceos en la inducción y mantenimiento de la anestesia, debido a fenómenos de tolerancia cruzada.
La respuesta al estrés quirúrgico es irregular y produce unos niveles de cortisol y catecolaminas en plasma mayores que en la población general, lo que contribuye a la morbilidad postoperatoria.
Recomendaciones preoperatorias
Tiamina: 100 mg oral o parenteral diariamente desde el ingreso y durante todo el período perioperatorio para evitar el síndrome de Wernicke-Korsakoff.
La abstinencia del alcohol antes de la cirugía (ej, 1 mes) es el mejor método para reducir o eliminar las complicaciones derivadas del abuso de alcohol en los pacientes sin riesgo de desarrollar síndrome de abstinencia.
Detoxificación preoperatoria: es el tratamiento de elección para los pacientes alcohólicos con riesgo de desarrollar síndrome de abstinencia. La urgencia de la cirugía y la aptitud del paciente hacia su hábito alcohólico determinarán la viabilidad de la detoxificación preoperatoria.
Profilaxis del síndrome de abstinencia: los pacientes en situación de riesgo de desarrollar este síndrome como los que tienen antecedentes de síndrome de abstinencia, pacientes con dependencia del alcohol que han rechazado la detoxificación preoperatoria, y los que se presentan con intoxicación etílica. Para este tipo de pacientes de riesgo, la prevención se lleva a cabo mediante la profilaxis del síndrome de abstinencia:
diacepam 2,5 – 10 mg, loracepam 0,5 – 2 mg, ó clordiacepóxido 5 – 25 mg cada 6 horas durante el período de riesgo.