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INCIDENTES CRITICOS EN ANESTESIA

Definición: cualquier evento durante el cuidado anestésico que tiene el potencial de producir un resultado no deseado.

La técnica de incidente crítico fue descrita por primera vez en 1954 por Flanagan, y su finalidad era reducir la pérdida de aviones y pilotos militares durante el período de formación. En 1978 Jeffry Cooper lo aplicó por primera vez al campo de la anestesiología como método para estudiar y evaluar los errores durante la administración de anestesia. La realización y el seguimiento de los estudios de incidentes críticos estimularon la formación del Comité para el Manejo del Riesgo y Seguridad del Paciente dentro de la Sociedad Americana de Anestesiólogos (ASA) en 1984.

La primera serie importante publicada de incidentes críticos se publicó en 1993 por parte de un estudio australiano con un total de 2000 registros, lo que inspiró la creación del CIRS http://www.anaesthesie.ch/cirs/, una base de datos internacional anónima de incidentes críticos en departamento de anestesia de la universidad de Basilea (Suiza)

(The anaesthesia critical incident reporting system: an experience based database  S Staender, J Davies, B Helmreich, B Sexton, M Kaufmann International Journal of Medical Informatics – November 1997 Vol. 47, Issue 1, Pages 87-90).

Otros sistemas de registro a nivel nacional que se han implantado posteriormente en el viejo continente, contribuyendo a esta cultura de la seguridad del paciente los encontramos en el Reino Unido y en España.  En 2001  en el Reino Unido se crea la Agencia Nacional de la Seguridad del Paciente (NPSA) con el objeto de mejorar los cuidados del paciente en el Sistema Nacional de Salud. Concretamente en España en 2009 se inicia SENSAR  (Sistema Español de Notificación en Seguridad en Anestesia y Reanimación) como herramienta de recogida, análisis y gestión de los incidentes críticos en anestesia (https://www.sensar.org/) para hospitales españoles públicos y privados.

Tras este breve recorrido histórico, la monitorización de incidentes críticos en anestesia desde  los años ochenta, ha permitido la implantación de una importante cultura de la seguridad del paciente, en la que el anestesiólogo juega un papel de líder sin lugar a dudas. La experiencia en países como Australia, Reino Unido, Dinamarca, Malasia y, recientemente en España, muestra que, a pesar de la debilidad inherente al propio método (comunicación anónima y voluntaria, sin posibilidad de réplica ni estudio en profundidad y con posibles repercusiones médico legales) conocemos ya que la mayoría de incidentes críticos en anestesia se deben a problemas respiratorios, seguido de alteraciones cardiovasculares y de errores en la administración de fármacos. En un intento de reducir el número de incidentes críticos y en torno a esta cultura de seguridad del paciente, se está implantando el «checklist» como una herramienta sencilla para evitar errores médicos e improvisaciones.

Consideraciones: A pesar de las críticas recibidas sobre el rigor que acompaña a los estudios sobre incidentes críticos, especialmente si se compara a los estudios de morbimortalidad, sí que han servido para demostrar que los errores en anestesia existen y que además, muchos se pueden prever. Los sistemas de comunicación de incidentes críticos han servido ante todo para demostrar precisamente eso, que existen, puesto que, difícilmente podremos recabar información exhaustiva si la fuente de datos es únicamente el registro de anestesia.

Una vez identificado el problema, parece que ya tenemos una propuesta de mejora: el checklist. Sin embargo y, refiriéndome al que propone la OMS, también ha recibido críticas, más o menos conocidas.

En primer lugar, es una lista de chequeo «genérica» y no adaptada a la particularidad de cada modalidad quirúrgica aunque, evidentemente mejor hacer éste que ninguno. En segundo lugar y esto es una opinión que he recabado de anestesiólogos de diversas partes de nuestra geografía, es que la buena praxis en anestesiología obliga a realizar siempre un chequeo (respirador, medicación, pruebas cruzadas, monitorización…) que es realizado por gran número de profesionales desde hace años y que por ello, «les suena raro» el tener que poner una equis en el cuadrito donde dice que el pulsioxímetro está funcionando. De cualquier manera, el número de anestesiólogos que realizan este chequeo es desconocido así como su relación con la aparición de incidentes críticos. Habrá que esperar más para saber si la implantación del checklist realmente disminuirá los incidentes críticos en anestesia.