Si se busca en la Enciclopedia Espasa la palabra «Anestesia» aparece la foto de Don Paco, junto a la definición.
Ciertas personas con las que uno se codea durante el ejercicio de la especialidad van grabándose en tu memoria y sin duda marcan el carácter con el que desarrollas tu trabajo. Estoy seguro que todos los compañeros que lean este artículo tienen un Don Paco o un Don Luis en su haber anestésico.
Don Paco es un anestesiólogo, perdón , es un ANESTESIÓLOGO, con mayúsculas. Creo que fue el primer adjunto a cuya tutela me asignaron cuando entré en la residencia. Aún recuerdo sus primeras palabras, y creedme si os digo que las sigo como una máxima en mi quehacer diario, fueron: «cógete un sillón». La frase está pensada no créais, no dijo cógete un taburete ni una silla, fué coge un sillón (y si pudiera ser orejero como el que él tenía, mejor). Pertenecía a la sabia escuela de «las guardias mejor sentado que de pie, y mejor tumbado que sentado». Don Paco es mayor, pero no viejo, tiene una chispa en los ojos y una lucidez asombrosas, desgraciadamente era tan lúcido que no llegó a pasar de jefe de sección. Don Paco hizo la especialidad en Barcelona, no sé si en el clínico, lo que sí se es que se vino a Granada muy jovencito con treintaypocos y ya era jefe de sección , de los de antes eso sí, patanegra. Me ha llamado mucho la atención que tiene un gran sentido común, y también tiene los redaños para decir las cosas como son. Una vez sentados en el sillón me regaló con otra de sus magistrales frases: «verás, el anestesista lo que tiene que aparentar es estar tranquilo, porque en el momento en el que deje de estarlo, éstos (refiriéndose a los cirujanos) se cagan, porque no tienen ni idea», me hizo la demostración, dijo algo así como …a ver que pasa!. En ese momento, los cirujanos abstraidos en una cirugía de oido, le miraron y con cara de desconcierto dijeron, -¿pasa algo Don Paco?. No , nada , nada podéis seguir. Y soltaron la respiración que tenían contenida, para seguir en su trabajo. Acto seguido Don Paco se durmió, ya eran bastantes enseñanzas por ese día.
Don Paco, es un gran médico, no quiero decir que estuviera al corriente de las últimas técnicas anestésicas, primero porque ya lo estuvo en su momento (su formación era muy buena) y segundo porque no las pensaba incorporar si no demostraban que eran mejor que lo que él ya usaba (gotero de succinilcolina, sevorane, nitroso y a volar). Siempre estaba en otorrino y ojos. Por supuesto no sabía intubar con fibroscopio, pero no le hacía falta, era un conocido macho intubador, pero en él lo digo sin desprecio, era un tío que se las había visto muy duras para intubar en los casos difíciles cuando no habia fibroscopio ni leches en vinagre, a un tipo así que ha salido victorioso siempre, ahora vas y le convences que lo correcto es intubarlo con fibro. En los días posteriores me hablaba de teorías, que parecían más de alquimia que de anestesia, de hecho es medio brujo, y se interesaba más casi por lo esotérico y lo histórico que por la ciencia en sí. A Don Paco le admiraba también por su forma de vivir y entender la vida. Para empezar con 60 años iba siempre al curro en moto, en una yamaha special que tendría la tira de años, pero siempre en moto, igual que fuera invierno que verano. En segundo lugar era y es patrón de barco y además tenía su propio velero, ¿no es envidiable?. El tipo se ponía a hablar de navegación y podía tirarse las horas muertas. El mes de vacaciones, cogía su barco y no regresaba hasta el mes siguiente, con un par. Pero lo más admirable de Don Paco, era , que pese a la época última en la que desarrolló su actividad (lo mismo lo estoy jubilando y aún no está) era Don Paco. Y era Don , para sus compañeros, para los residentes, para los cirujanos…a ver cuantos «Don» conocéis vosotros, pero Don de verdad, no de etiquetilla como la que llevo yo aquí colgada.