Hace algún tiempo una compañera de trabajo con mucha sensibilidad artística y profesional me dedicó un poema al respecto de mi afición a la fotografía, hoy lo rescato y lo comparto con vosotros.
Un ojo inteligente,
un ojo clínico,
un ojo en la cámara.
Enfocar con la mirada el mundo,
mirar la vida en la garganta.
Ver y sentir en un instante,
saber que la belleza es una trampa,
traspasar los umbrales del dolor,
conocer la compasión y la esperanza.
Proyectar sobre una imagen los deseos,
desear que se refleje el alma,
poder crear el sueño
y hacerlo despertar con las alas curadas.
Ver y sentir y captar
la realidad, la magia.
Carminis 27 de Enero de 2008
Gracias, Carmen.