El anestesista, esa otrora común especie de la fauna médica, que debido a una política de intensa explotación, está desapareciendo de nuestro hábitat quirúrgico.El anestesista, o más científicamente conocido como «Intubaor Vulgaris», es una especie médica en peligro de extinción. Las primeras anotaciones sobre la presencia de la especie en España datan de primeros del siglo pasado. Aunque no se conoce con exactitud, parece ser que su origen resulta de la mezcla de una entidad autónoma como es el enfermeribus quirurgicae, con el médico común. Así los primeros escritos sobre esta especialidad están bastante desvirtuados por la mano interesada del Quirurgico Vulgaris que se interesó prontamente en someter a la nueva especie. Poco a poco estos nuevos individuos, ya claramente diferenciados de la primigenia especie enfermera, se constituyen en comunidades que adoptan los estándares hoy conocidos. El «Intubaor Vulgaris» (en adelante, Anestesista») es un ejemplar que se caracteriza por su tendencia solitaria, es curioso como, si puede, durante las guardias adopta una actitud esquiva y evita el contacto directo con otro género de especies. Muy característica es su aversión a todas las especies del género Quirurgicae. Sin embargo, esta actitud sensata y admirable, se ve empañada las más de las veces por la querencia natural del cirujano al contacto con el anestesista. Cuando el contacto es inevitable, el anestesista suele limitarse a actuar sin prestar mucha atención al ritual de pavoneo quirurgico, generalmente parlanchín y que está en clara relación con el pasado «barbadensis» del quirúrgico. El comportamiento del anestesiólogo, (en clara confrontación con la predominante actitud manual que adopta el cirujano), es fundamentalmente de naturaleza cerebral. Normalmente de mirada fría e inteligente, suele acompañar a sus actuaciones, de una frase lapidaria que permite mantener a raya a los individuos de otras especies. Muy notable es el hecho, de que este comportamiento y estas cualidades, no parecen aprendidas, si no más bien instintivas y grabadas a fuego en la genética de la especie, pues tan cierto es que el cirujano tiene predilección por el ambiente quirúrgico, es el hecho de que el anestesiólogo no goza en profundidad con el acto operatorio y prefiere si es posible dedicarse al retozo. ¿Quiere decir, que es una especie de naturaleza floja?,nooo, quiere decir que es una especie de naturaleza precavida que no se lanza futílmente al abrazo del bisturí como única alternativa válida. Es especialmente hilarante el comportamiento del anestesiólogo cuando se dan circunstancias tales como la apendicitis blanca.
Desgraciadamente corren tiempos difíciles para esta especie. Paralelo a la apertura de más y más ambientes cinegéticos para la cría en cautividad de esta especie, a veces de tamaños muy reducido y apartados de los núcleos urbanos (el anestesiólogo es una especie urbanita y raramente se agrupa de en comunidades rurales), se ha producido una selección radical que ha conllevado que pocos individuos reúnan los requisitos necesarios en nuestro país para desarrollarse como especialista. Los responsables gubernamentales, habida cuenta de su incapacidad previsora, han optado por soluciones intermedias del tipo de homologaciones de individuos de dudosa genealogía o importaciones de especies de otros países, poco preparadas para desarrollar su actividad en los agrestes parajes de nuestra tierra.
Pero aún hoy en día, se observan en las mas altas cotas de nuestra serrana silueta , la figura empijamada de un macho intubaor bramando al viento: al último le podéis ir dando de comer.