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RIESGO BIOLOGICO: PINCHAZOS ACCIDENTALES

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Un día más estábamos preparando nuestro quirófano cuando nos avisa el anestesiólogo.
– ¿Podéis venir a socorrer a vuestra compañera?
– ¿Qué ha pasado? Contestamos.
– Parece que ha tenido problemas con la vía intravenosa.

La estampa es la que en muchas ocasiones nos hemos encontrado las enfermeras. Un dichoso pinchazo accidental. Nuestra compañera llorando como una magdalena, intentando explicarnos entre sollozos:

– Es que estoy embarazada, y encima ha sido por una catéter mal ubicado.

Es paradójico; nos traen catéteres nuevos de los que es difícil pincharse ( y difícil pinchar al paciente) porque queda la aguja recubierta al desconectar por una vaina protectora, y caprichos del destino se pincha una compañera embarazada con una aguja de catéter sin protección que supuestamente se ha salido de un cubo de material punzante a rebosar. Por más que la intentamos tranquilizar la compañera está emocionalmente afectada.

Según datos del estudio EPINE-TAC ( Estudio multicéntrico sobre riesgos biológicos de los profesionales sanitarios) , cada enfermer@ lleva a cabo una media de 12,09 pruebas con material punzante al día y 1 de cada 2 profesionales de enfermería se pincha accidentalmente al año. Tras el pinchazo tan sólo el 52% se realizaron los análisis de prevención correspondientes.

El índice de infección de hepatitis B en personal sanitario es de un 26%, es decir más de 2 veces y media mayor que en la población general, cuya afección es del 10%.

Según el estudio los lugares donde mas frecuentemente se producen los pinchazos accidentales son principalmente los quirófanos (30%), seguidos del área médica (20%), Urgencias(11%) y Cuidados Intensivos (9,5%).

El estudio destaca también que de cada 100 exposiciones accidentales declaradas:

-1 de cada 10 se expone al contagio con el VHC.

-1 de cada 20 se expone al contagio con el VIH.

-1 de cada 50 se expone al contagio con el VHB.

De estas cifras se ha establecido la necesidad de implantar dispositivos de bioseguridad en el material punzante que suponen un ahorro frente a los costes derivados de los pinchazos accidentales y que reducen el riesgo a un 85%.

El protocolo de actuación ante un pinchazo es:

Desechar objeto causante en lugar adecuado, permitir sangrado activo de la lesión bajo agua corriente (inducir el sangrado si es necesario) durante 2-3 minutos. No restregar . Limpiar la zona con agua y jabón. Aplicar un antiséptico (povidona yodada, clorhexidina). No usar lejía. Cubrir la zona con un apósito impermeable.

Comunicar el accidente al servicio de medicina preventiva lo antes posible para realización de analíticas de serología al paciente y al profesional implicado, aplicar el protocolo de profilaxis si es necesario y para seguimiento y controles.

Para concluir, el riesgo de contraer la infección tras la exposición a material contaminante de un paciente VIH positivo es de 0,3%, contrasta con el riesgo de seroconversión muchísimo mas elevado de la hepatitis B que se encuentra entre el 20-30% , o de hepatitis C del 2%.