Inicio Anestesia No Profesional MIEDO Y ANESTESIA. DOS AMANTES INSEPARABLES

MIEDO Y ANESTESIA. DOS AMANTES INSEPARABLES

 

La indicación de una intervención quirúrgica, es un recuerdo que permanece en la memoria de  los pacientes de forma indeleble. En mi quehacer diario como anestesiólogo he observado que todos los pacientes reaccionan básicamente de tres formas ante la idea de una intervención quirúrgica:

El primer grupo (muy numeroso) reaccionan con un temor o miedo casi atávico a la operación. Cuando les interrogo por el origen de ese miedo, casi todos señalan con el dedo acusador,  a la anestesia. En general les asusta cualquier clase de anestesia, pero fundamentalmente la anestesia espinal  y la general. Si profundizo en el por qué de su miedo, hasta ahora (y son muchos pacientes tratados) , casi ninguno (al menos que yo recuerde),  me ha sabido argumentar razones de peso. Es curioso, ver como en la supuesta era de la información, la anestesia constituye un ámbito tan desconocido y a la vez tan temido. De los pocos que justifican su temor, la mayoría lo hacen aludiendo a conceptos erróneos o sucesos anecdóticos, que más pertenecen al campo de las leyendas urbanas que al de la literatura científica.

En el segundo grupo (también numeroso), encuentro a los pacientes que muestran una absoluta despreocupación por la intervención quirúrgica. En ellos, bien la ignorancia o bien la fe ciega en los profesionales sanitarios, hacen que muestren una absoluta tranquilidad ante la operación, e incluso una desmedida valentía que les hace mantener una actitud alegremente voluntariosa para ser candidatos del bisturí.

Existe afortunadamente un tercer grupo de pacientes (que no contaría como el más abundante), donde se compenetran adecuadamente el respeto por la intervención y la confianza en el proceso quirúrgico. Son estos pacientes los que reflexionan sobre la necesidad de realizar la intervención y sopesan junto al facultativo el balance Riesgos/Beneficios.