Ya hemos comentado en anteriores posts que la situación hostil y de amenaza que supone una guerra ha constituido en ocasiones un acicate para el desarrollo de determinadas técnicas y avances científicos en el terreno de la medicina y en particular de la anestesia. En este post veremos la cara más amarga de estas investigaciones, cuando los gobiernos ponen sus ojos en la medicina para ponerla al servicio de los intereses más oscuros.
Diversas organizaciones gubernamentales de todo el mundo han estado desde hace muchos años interesadas en el control absoluto del individuo. Para ello numerosas técnicas y fármacos han sido desarrollados o investigados en otros fines para los cuáles no fueron especificamente creados. En este post nos centraremos sobre la Narcohipnosis y su desarrollo, especialmente en los tiempos de la guerra fría.
La primera referencia a un fármaco como Suero de la Verdad la realizó en 1910 un obstetra llamado Robert House. El uso de la escopolamina como agente hipnótico estaba bastante aceptado y él describió como sus pacientes tras la administración del fármaco entraban en un estado de desinhibición en el que liberaban información de forma automática.
Posteriormente en la década de los 30, el uso de la narcohipnosis se extiende al ámbito de la investigación policial aunque en esta ocasión no para su experimentación con ciudadanos sino con la propia policía habida cuenta del ambiente de corrupción generalizada existente entre el cuerpo. Desgraciadamente se cuenta hoy en día con pocas pruebas de ésto.
El definitivo auge de la interrogación bajo hipnosis se produce durante la guerra fría. La CIA estaba interesada en desarrollar un método de interrogación y dominación que le permitiera equipararse a los que usaba el KGB, especialmente avanzado en técnicas de lavado de cerebro. Para ello reincorpora la escopolamina como agente facilitador de la verdad y junto a ella añade el uso de pentotal sódico, amital sódico, LSD, mescalina, alcohol etílico intravenoso y marihuana. La hipótesis de trabajo consiste en que los sujetos de experimentación bajo cualquiera de estas sustancias experimentan una disminución de su actividad cortical ( lo cuál es cierto) y bajo dicho estado, la elaboración de mentiras al ser más compleja que la de la verdad, se hace imposible. Los resultados no fueron como ya sabemos satisfactorios, pues igual podían decir la verdad, que elaborar frases ininteligibles o absurdas o caer en un estado de coma. El proyecto de investigación que se desarrolla durante los años 50 y que permanece hasta la década de los 70 recibió en nombre en clave de MK-ULTRA. Lo más sorprendente del caso es que durante su realización se tomaron ciudadanos civiles estadounidenses supuestamente voluntarios pero a todas luces engañados. Entre los centros de reclutamiento se enrrolaron universidades como la de Stanford, 3 centros de prisiones americanos e incluso farmacéuticas conocidas que mantienen su actividad hoy en día participaron en dicho proyecto. En ocasiones los experimentos fueron crueles hasta como para inducir un coma de tres meses o provocar la muerte. Curiosamente el creador de la novela «Alguien voló sobre el nido del cuco», Ken Kesey fue uno de esos jóvenes universitarios que participó en dicho programa. Tras unas buenas dosis de LSD a cuenta del gobierno, tuvo la inspiración necesaria para escribir el magnífico best seller que dio origen a la película homónima de Milos Forman.
El programa MK-ULTRA fue condenado por la judicatura estadounidense en los 60, pero continuaron realizándose experimentos en su nombre hasta la década de los 70, fecha en la que su director desmanteló la línea de investigación, con la pertinente destrucción de informes. Una consecuencia de estos experimentos fue la observación del efecto radioprotector del pentotal, que tenía la capacidad de proteger a las células de los radicales libres generados por la radiación, siendo ahora una de las indicaciones de dicho fármaco, la pega es que hay que inyectarlo de 3 a 4 horas antes de la exposición (aunque a Tsutomu Yamaguchi, no le hizo falta saberlo).
Pero…¿ha muerto la investigación de un suero de la verdad?. Lo cierto es que no, el propio gobierno americano tras el atentado del 11/S ha abierto la posibilidad de la narcohipnosis y otros métodos poco ortodoxos para la realización de interrogatorios en casos de terrorismo o amenaza de la seguridad nacional. Pero no es EEUU el único gobierno sospechoso de su uso en un pasado y quién sabe si en el presente, la Agencia de Inteligencia de la India es investigada por el uso de estos fármacos en la actualidad.
(Documental sobre el proyecto MK-ULTRA , audio en inglés)
Esperamos que os haya gustado el post y deseemos que el día de mañana estemos libres de prácticas similares en todo el mundo.