Con frecuencia, esta o parecidas frases ha de escuchar un anestesiólogo a lo largo de su quehacer diario. Cuando uno oye esto de boca de un paciente, una cosa queda clara, hmm éste sabe realmente poco de anestesia y del proceso al que se somete. La anestesia general es una modalidad anestésica en la que el paciente es llevado a un estado de hipnosis farmacológica (sueño) en el que es incapaz de percibir conscientemente los estímulos que a su alrededor se generan, para ello generalmente se administran fármacos intravenosos, coincidiendo con la petición al paciente de que respire de una mascarilla de la que tomará oxigeno previamente a la anestesia (es por ello que muchos pacientes creen que se han dormido bajo el efecto de los gases). Una vez el paciente se ha dormido, se administran analgésicos (derivados del opio) para evitar que sufra los dolores de la intervención y relajantes musculares para que el paciente permanezca inmóvil durante la operación (podría estar dormido y sin embargo moverse, no es incompatible). Este estado de narcosis se mantiene tanto mientras dure la operación mediante más fármacos intravenosos o gaseosos, y se interrumpe tras la cirugía, volviendo el paciente paulatinamente a recuperar la consciencia y la fuerza muscular. Es por la necesidad de producir una hipnosis profunda así como la administración de los relajantes musculares por lo que el paciente bajo anestesia general no puede respirar por si mismo, y por ello se introduce un tubo en la traquea del mismo, que conecta los pulmones a una máquina que se encargará de insuflarlos con oxígeno, aire o gases anestésicos. Este proceso se conoce como Intubación, es un proceso rutinario pero no por ello poco delicado, tan es así, que la mayor parte de las complicaciones durante la anestesia ocurren por problemas relacionados con ésto. La intubación (habitualmente por la boca) ocurre cuando el paciente se ha dormido y ya está relajado, por lo que normalmente no es consciente de ello, pero es una técnica que en determinadas circunstancias puede ser difícil (cuello corto,inmóvil, grueso, boca pequeña..etc) en cuyo caso el anestesiólogo deberá proveer oxígeno a los pulmones del paciente con otro método alternativo. Si tampoco se consiguiera, el paciente quedaría en anoxia, con las consecuencias letales que tendría en los órganos vitales, especialmente el cerebro.
Hay que saber asímismo , que la intubación puede tener complicaciones menos severas pero molestas. Hasta en el 40% de los casos se produce tras la intervención, dolor de garganta que puede durar horas.Puede también ocasionarse rotura dental o lesiones traqueales o de cuerdas vocales (disfonía, etc..) y todo ello más probablemente cuando peores sean las condiciones a priori de la intubación.
Vemos pues, que la anestesia general es un proceso seguro pero delicado, y conviene estar previamente informados de las consecuencias que puede acarrear y en que consiste verdaderamente , antes de arrojarnos ciegamente a la anestesia «total» como único método válido… y más aún cuando existen múltiples alternativas, que combinadas con la anestesia locorregional pueden hacer de nuestro paso por quirófano una experiencia cuando menos no desagradable.
El vídeo que se observa en este post pertenece a un proceso de intubación en un paciente tras la inducción de la anestesia, es tal y como se produce hoy en día de forma estándar en la mayoría de los casos. Está en inglés, pero creo que se entiende bastante bien para el público en general….seguiremos profundizando en próximos post sobre el proceso de intubación y sus alternativas.